EL PATRIMONIO HISTÓRICO DEL INSTITUTO PÉREZ GALDÓS

Mª Jesús Quintana Domínguez

Cristina Vallejo Junco

 

 

    El patrimonio del instituto Pérez Galdós fue consolidándose a lo largo de sus 100 años de historia, conforme fue adquiriendo materiales científicos y didácticos para la enseñanza de las distintas materias, a través de presupuestos que inicialmente corrieron a cargo del Cabildo y después del Ministerio de Instrucción Pública. Poco a poco, y no sin dificultades, se fue dotando de una biblioteca, un Gabinete de Historia Natural, un Gabinete de Física, un Laboratorio de Química y en general de colecciones didácticas para una enseñanza que a principios del siglo XX se planteaba una metodología más experimental. Hoy el instituto Pérez Galdós cuenta con un importante legado bibliográfico, didáctico y científico que, a pesar del deterioro que ha sufrido por el paso de los años, constituye un valioso y rico patrimonio histórico y educativo que tenemos la obligación de conservar y difundir.

    Desde su creación en 1916 el Cabildo de Gran Canaria asumió los considerables gastos de sostenimiento y los sueldos del profesorado y del personal administrativo, a pesar de que era un verdadero sacrificio pues sus recursos habían menguado mucho. Eran años de crisis económica por la paralización de la actividad portuaria del Puerto de la Luz como consecuencia del estallido de la primera Guerra Mundial. Pese a todo y no sin alguna opinión en contra, el Cabildo se hizo cargo de su puesta en marcha con la esperanza de que una vez creado este centro el Estado consignase en su presupuesto la cantidad necesaria para sostenerlo.

    Durante el primer curso 1916-17 el Cabildo, además de los gastos ya señalados, fue dotando al Instituto de mobiliario, material didáctico y libros para la Biblioteca con un presupuesto total de 60.000 pesetas. Esto supuso un gasto importante para la Institución Insular, por lo que enseguida se iniciaron las gestiones para que el Estado se hiciera cargo de los gastos que originaba dotar a un instituto de reciente creación, que partía de cero, e insistía ante el Ministerio en que la creación de este centro docente obedecía a una necesidad real para las islas orientales por lo que el Estado debía hacerse cargo de su sostenimiento. En 1920, por fin, el Ministro de Instrucción Pública tomó en consideración la petición del Cabildo y lo incorporó a los presupuestos generales del Estado.

    El material que se compró en estos primeros momentos quedó detallado en una registro que desglosaba el destinado para Gabinete de Historia Natural, con material para prácticas de mineralogía, microscopios, reactivos, preparaciones micrográficas, modelos anatómicos y cuadros murales de historia natural y de fisiología y un colección de láminas murales. Para el laboratorio de Química se compraron probetas, vasos graduados, tubos de ensayo y soportes para los tubos, embudos, alambique pequeño, colección de reactivos, aparato para la descomposición del agua y un refrigerador. Para el Gabinete de Física, aparatos y materiales de mecánica, hidrostática, neumática, fonología, termología, electrología y fotología. Para la cátedra de Matemáticas una vitrina del sistema métrico decimal y una colección de sólidos geométricos. Para Geografía, esferas, globos terráqueos, colección de mapas físicos y atlas. Para Gimnasia, aparato para saltos, un espirómetro, un dinamómetro y una colección de láminas con las posiciones de los distintos ejercicios. Aparatos y materiales para la cátedra de Psicología. Para Dibujo una colección de láminas. Para la Cátedra de Agricultura y técnica agrícola e industrial también láminas murales y modelos de arados y utensilios agrícolas en miniatura. En estas primeras partidas también se incluían fondos para el mobiliario necesario para dotar las aulas, salas de profesores y dependencias administrativas.

Bienvenidos a la web del Museo del IES Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. En este espacio queremos compartir con todos la historia y al patrimonio de este centro educativo centenario. Anímate a viajar por estas salas digitales para aprender y disfrutar, o bien acércate a nuestra sede en paseo de Tomás Morales nº 37 de la capital grancanaria.

El Instituto General y Técnico de Las Palmas de Gran Canaria se creó en 1916. Para ello fue necesaria la movilización de la clase política, económica e intelectual de la isla, que reclamaba contar con un segundo instituto en el archipiélago que permitiese mejorar la instrucción pública de un mayor número de jóvenes, no ya solo de Gran Canaria, sino de otras islas.

Fue necesario hacer numerosas gestiones ante el gobierno, y convencer al Ministerio correspondiente de la necesidad de crear esta institución en un entorno insular como el nuestro, y de los beneficios que traería a la que en ese momento era la mayor ciudad de Canarias, más dinámica económicamente y con uno de los puertos con más tráfico del Atlántico septentrional.

Historia de la creación del Instituto de Enseñanza Secundaria Pérez Galdós

1916-2012

 

Cristina Vallejo Junco

Mª Jesús Quintana Domínguez

 

Ponencia presentada por las autoras en las VI Jornadas de de la Asociación Nacional para la Defensa del Patrimonio de los Institutos Históricos, celebradas en el IES Práxedes Mateo Sagasta de Logroño entre los días 28 y 30 de abril de 2012 

 

Antecedentes históricos

El panorama educativo y cultural del siglo XIX en Canarias hasta 1880 es desolador. Basta con repasar cualquier publicación de la época para captar la precaria situación de la enseñanza en Canarias a finales del XIX y principios del XX. Términos como atraso, ignorancia, analfabetismo eran moneda corriente en periódicos, revistas o informes. La fisonomía social del siglo XIX se caracterizaba por una mayoría analfabeta, mayoritariamente campesina, y una minoría de terratenientes y burguesía comercial, clero y profesionales de la Administración. Esta bipolarización de la sociedad canaria truncó los esfuerzos de una minoría que se pronunció en relación a la necesidad de mejorar la instrucción de la población canaria, dentro de los proyectos reformistas de la Ilustración, que solo alcanzaron unos tímidos avances.

    La incultura de la región, motivada por su carácter agrario, por la desidia de las instituciones y de las autoridades y por el absentismo escolar, que alcanza las cotas más altas con respecto al conjunto del Estado, se ve agravada por el escaso número de establecimientos docentes, por la falta de instrucción y por la carencia de maestros, auténtica piedra de toque de la educación española.

    No es hasta el periodo de 1860 a 1868 cuando se produce un avance notable. Así y todo la relación del número de escuelas en Canarias con respecto a la media nacional demuestra el atraso económico y social del archipiélago. En Canarias había una escuela por cada 1.468 habitantes mientras que en el resto del Estado la proporción era de una escuela por cada 585. La prensa de la época culpabilizaba a las autoridades educativas del lamentable estado de la educación en las islas e implicaba también a las propias corporaciones locales por incumplimiento de las leyes vigentes referentes a la creación de escuelas y al pago de los maestros. Al final de la centuria existen, según los datos que tomamos del estudio de Negrín Fajardo, 250 escuelas públicas y unas 60 privadas. Pero el analfabetismo continuaba en aumento. La falta de instituciones docentes y la precaria formación de los maestros, aumentan en lógica correspondencia las tasas de analfabetismo, que por otra parte es muy superior entre la población femenina.

    En cuanto a la Enseñanza Secundaria se refiere, hasta la creación del primer Instituto Oficial de Enseñanza Secundaria en agosto de 1846, establecido en La Laguna, aquellos que querían cursar el bachillerato tenían que viajar fuera de las islas.

 

El primer instituto de Las Palmas

Como las continuas peticiones grancanarias de establecer un instituto en Las Palmas no fueron atendidas por el poder central, fue la iniciativa privada la que se vería obligada a crear el Instituto Elemental de Segunda Enseñanza de Las Palmas. Así pues el 10 de septiembre de 1845 se crea en Las Palmas de Gran Canaria el Colegio de San Agustín en el desamortizado convento del mismo nombre. Perdió el nombre de Instituto ya que la legislación de la época prohibía taxativamente utilizar el nombre de Instituto a un centro privado. Por ello este centro se conoció siempre en la sociedad canaria como el “Colegio de San Agustín”. Su permanente déficit obligó a cerrar sus puertas en 1864. En este centro estudiaron las personalidades más relevantes de la vida política y social de la época como D. Fernando León y Castillo, D. Leopoldo Matos, D. José Franchy Roca, D. Ambrosio Hurtado, D. Felipe Massieu y D. Benito Pérez Galdós, bajo la dirección del Dr. López Botas1.

    Tras la revolución del 68, con la llegada del Sexenio Democrático, se produce un período de reactivación cultural: reaparecen las tertulias, las sociedades culturales y los centros educativos. Este periodo fue el de mayor racionalidad política en relación con la enseñanza en todo el siglo XIX.

    Fue en el Instituto Local de Segunda Enseñanza de las Palmas creado en 1868 donde se dio con mayor virulencia el conflicto político-educativo. Su corta vida se debe a una confluencia de factores entre los que se encuentran el que su sede estuviera en el Seminario Conciliar, circunstancia que nunca agradó a las autoridades eclesiásticas; la escasez de recursos económicos con los que contaba el instituto por la desidia de la Diputación Provincial y de los ayuntamientos de la isla; la presencia de profesores krausistas que siempre fue motivo de controversia para la Iglesia y para los sectores más conservadores de la sociedad, y por último y fundamentalmente el problema político–educativo que generó el fin de la 1ª República y el inicio de la Restauración que ponía fin a la escuela laica y a la libertad de la educación.

    En 1876 se lleva a cabo el cierre del Instituto de Las Palmas de Gran Canaria. Los profesores Salvador Calderón, Anselmo Arenas y Saturnino Milego, de ideología Krausista, fueron acusados de impartir en sus cátedras “doctrinas contrarias a la religión católica y hasta la idea de Dios, haciendo alarde ostensiblemente de unos principios ultra-revolucionarios”2. El cierre de este centro fue de una gravedad extrema porque Las Palmas no tendría un Instituto Oficial de Segunda Enseñanza hasta 1916.