Índice del artículo

REVISTAS ESTUDIANTILES DEL INSTITUTO PÉREZ GALDÓS

Las revistas estudiantiles han jugado un papel muy destacado en la vida académica del instituto Pérez Galdós. Prácticamente desde su creación, la edición de revistas literarias elaboradas conjuntamente por alumnos y profesores estuvo presente en la actividad académica de nuestro centro y, aunque con interrupciones, se mantiene hasta la actualidad. El impulso de un profesorado entusiasta animó a un alumnado a su vez muy receptivo a iniciarse en la creación literaria en estas revistas que se convirtieron en el primer soporte creativo donde publicaron alumnos y alumnas que posteriormente se convirtieron en importantes personalidades de la cultura de nuestras islas, especialmente del mundo de la literatura y las artes. A través del análisis pormenorizado del diseño, contenidos y autores de estas revistas fundamentalmente literarias, hemos podido recuperar parte de la historia del Instituto: de sus protagonistas, alumnos y profesores, de la vida cotidiana del centro y de las inquietudes políticas, sociales y culturales que fueron surgiendo a lo largo del último siglo, tanto fuera como dentro del ámbito académico. Además, hemos tenido acceso a una valiosa información social y cultural que se desprende, por ejemplo, de las entidades y empresas colaboradoras que se anunciaban en las revistas, o de las noticias y crónicas que nos dan información sobre la vida local de la ciudad.

Por último hay que destacar los valores que tantos profesores y profesoras inculcaron y trasmitieron a sus alumnos fomentando siempre el amor por la cultura, la literatura, la filosofía, la ciencia, intentando mantener la independencia de cualquier ideología o asociación y defendiendo la libertad de expresión, cuidando que las revistas fueran siempre creación propia y peculiar de los estudiantes, inspiradas y escritas por los alumnos y para los alumnos.

REVISTA ESTUDIANTES (1928)

Publicación de la primera revista de la que tenemos noticia se remonta a 1928. El impacto producido por las clases del profesor de Literatura Agustín Bravo Riesco impulsará a un grupo de alumnos a la creación de la revista Estudiantes. Estos alumnos fueron entre otros, Francisco Rodríguez Sirujeda, Santiago Santana, después conocido pintor indigenista de la escuela Luján Pérez y Francisco Guerra, más tarde periodista y escritor costumbrista conocido con el seudónimo de Pancho Guerra. Estudiantes será el soporte en el que Pancho Guerra escribió sus primeros textos costumbristas firmados como Simplicio Panduro y Pancho Pitouto. Rafael Navarro Jiménez, redactor de El País, periódico local de la época, figuraba como redactor de la revista a efectos de Gobernación.

D. Gonzalo Pérez Casanova(Colección particular familia Pérez Casanova)

Los alumnos buscaron los medios económicos (anuncios, colaboraciones y suscripciones) para poner en marcha la Revista Estudiantes que sólo publicó dos números: el primero en abril de 1928 y el segundo en mayo del mismo año. Costaba 40 céntimos.

La revista contó con la supervisión del catedrático de Historia Natural, fisiología e Higiene D. Gonzalo Pérez Casanova. Este profesor había vivido en la Residencia de Estudiantes y después fue profesor del Instituto-Escuela de Madrid, dependiente de la Junta de Ampliación de Estudios (JAE) que le concedió una beca para realizar estudios de Botánica en la Universidad de Ginebra.

También publicaron en Estudiantes Agustín Miranda Junco, Juanita Padrón Hernández, Ambrosio Hurtado de Mendoza, F. Zumbado Espino, Francisco Hernández González, José Rodríguez Batllori, José Peñate Castro, José Benítez Bravo de Laguna y el profesor Gonzalo Pérez Casanova.

Retrato de Pérez Galdós
Retrato de Pérez Galdós por Santiago Santana (1930)
Casa-Museo Pérez Galdós 

HOJA AZUL (1932-33)

 


 

 

Durante la República, en el curso 1932-33, se vuelve a editar otra revista estudiantil, esta vez titulada Hoja Azul, desde noviembre de 1932 en que se publica el número uno, hasta mayo de 1933 con el número siete. La revista estuvo dirigida e inspirada por el profesor Agustín Espinosa García, catedrático de Literatura Española, que había trabajado en el Centro de Estudios Históricos junto con Menéndez Pidal, Américo Castro y Agustín Millares Carló. También participó activamente en la Gaceta de Arte que organizó la gran exposición surrealista en el Ateneo de Sta. Cruz de Tenerife en el año 1935, junto con André Bretón, Péret, Westerdal y Oscar Domínguez. También Espinosa había estado pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones (JAE) en Paris donde investigó y estudió la biografía de José Viera y Clavijo.

Espinosa ejerció una enorme influencia en toda una generación de escritores y poetas canarios como Agustín Millares Sall, José Mª Millares Sall, Pedro Lezcano, Ventura Doreste o Sebastián de La Nuez, que habían sido alumnos suyos. Precisamente estos escritores publicaron una década después, en 1947, Antología cercada obra representativa de la poesía social de posguerra que se desarrolló en España en los años 40 y 50 del pasado siglo.

Muestra del afecto y admiración por su Maestro son las palabras que le dedica muchos años después Sebastián de la Nuez a su admirado profesor Agustín Espinosa: “Él fue el taumaturgo que, por medio de su palabra cálida y sencilla, por medio de su ejemplaridad de maestro y de lector, y con su obra, me abrió de par en par las puertas fascinantes del mundo del arte y de las letras”. Después de su muerte, desolado, le dedica estas palabras en un nota necrológica: (…) ¡Maestro! yo aprendí contigo a saber del valor de las cosas, a sacar las metáforas y las rimas de este maravilloso mundo de los pensamientos...”.

También su compañero de Claustro y profesor de Lengua y Literatura Juan Millares Carló le dedica unas palabras de cariño y admiración: A Espinosa no se podía dejar de quererlo, con su figura extremadamente delgada y desgarbada, tocado con un sombrero de ala ancha, que solía llevar ladeado… ….Los estudiantes, entre los que se encontraban mis hijos, que fueron alumnos suyos, adoraban su locura y el embrujo de sus clases…y colaboraban entusiasmados con él en la revista que había inventado para ellos, Hoja Azul, que según Espinosa era una alusión a la isla, vista como una mariposa frágil entre dos azules, el cielo y el mar(….) Ahí los animaba a escribir sobre el océano o sobre el cine y a leer a Lorca o a Valle Inclán….Ellos lo seguían como al flautista de Hamelin…


 


 


 


 


 

Caricatura de Agustín Espinosa

Realizada por Juan Millares Carlo


 

Hoja Azul fue dirigida por el alumno Antonio De la Nuez Caballero y Cirilo Benítez como secretario. El administrador fue Manuel Manrique de Lara y los redactores Angelina Hernández Millares, Juan Marqués y Andrés Zamora Lloret.

También participaron con varios artículos Manuel Rodríguez Batllori, los hermanos Víctor y Sebastián de la Nuez Caballero, Adolfo Duque Cabrera, Juan Suarez Medina, F. Guerra Bertrana, Ramón Delgado, Domingo Morales del Rio, Domingo Díaz Frois, Luis Miranda Junco, Víctor Felipe de la Nuez, Sebastián Montelongo Medina, Norberto Pírez Pérez, Zumbado Espino y Pilar Quesada. La portada fue diseñada por Simón Doreste, también alumno de la escuela Luján Pérez.

En el editorial afirman “hemos trabajado para verla en la calle y es la realización de muchas ilusiones (…) y en años sucesivos, cuando nosotros nos hayamos alejado de esta vida estudiantil, siga habiendo siempre un núcleo de muchachos y muchachas dispuestos a sacrificar por ella unos horas de recreo”.

Los temas de la revista estaban relacionados fundamentalmente con la literatura y la filosofía, aunque también contenía otras secciones como deportes, cine, encuestas y noticias sobre la vida estudiantil del instituto. También conmemoraciones de ilustres personajes, como el número 3, que se dedicó monográficamente a la figura del filósofo Baruch Spinoza (1632-1677) en el tercer centenario de su nacimiento.

La revista organizaba certámenes literarios y concursos para premiar los mejores trabajos sobre determinados temas propuestos como El mar en la poesía canaria contemporánea o el cinema como instrumento de cultura. Los premios se decidían por un consejo formado por representantes de todos los cursos que analizaban los trabajos presentados.


REVISTA ESTUDIANTIL PÉREZ GALDÓS (1936)



 

En 1936 se publica el primer número de una nueva revista titulada ahora Revista Estudiantil Pérez Galdós. Se presentó como una publicación juvenil que pretendía ser quincenal, creada por unos jóvenes estudiantes. Se trataba de una revista cultural y literaria con amplios y variados temas que se proponía ofrecer al lector un entretenimiento útil. Además de artículos literarios, había otros de opinión, poemas, noticias relativas a exposiciones, conciertos, actos culturales como veladas literarias y musicales, deportes, pasatiempos, sección de humor y anuncios de empresas locales. Los artículos sobre literatura del primer número fueron dedicados a Shakespeare, Valle Inclán, Benito Pérez Galdós, Darwin y a la creación del Premio Nobel, entre otros temas.

La revista contó con el apoyo económico del Cabildo de Gran Canaria que sufragó los gastos de impresión. En varios números se le agradece su ayuda, y en especial al Presidente de la institución Miguel Alonso Jiménez. Su precio era de 30 céntimos. Desde su creación, el 20 de enero de 1936, hasta mayo del mismo año se publicaron 5 números.

El director era el alumno Segismundo Díaz Bertrana; Antonio Doreste Machado estaba a cargo de la redacción; L. Morales y Francisco Mestres eran los administradores. Otros alumnos que participaron en la redacción fueron José Suárez del Toro, años más tarde profesor y jefe de estudios del instituto; Luis Doreste Machado, que escribía bajo el pseudónimo de Doctor Centeno, y Manuel de Rozas Caballero.

Entre los profesores que dirigieron a estos alumnos estaban José Chacón de la Aldea, catedrático de Filosofía y posteriormente de Geografía e Historia; Gonzalo Pérez Casanova, catedrático de Historia Natural, que como ya vimos, también dirigió la primera de las revistas de estudiantes en 1928. Fue vicedirector y después director del instituto y además Socio de Honor del Museo Canario y colaborador de cursos de perfeccionamiento del Magisterio Primario en conferencias sobre metodología y vulgarización científica y Agustín Espinosa García, catedrático de Literatura Española y que ya vimos impulsando y dirigiendo la anterior revista Hoja Azul

Estos profesores que habían estado pensionados por la JAE, cuyo objetivo era potenciar la investigación histórica y científica, así como posibilitar que los investigadores españoles pudieran completar su formación en el extranjero a través de becas, trasmitieron todo su saber y su entusiasmo por la ciencia y las humanidades a unos alumnos que tuvieron la fortuna de contar con su gran valía intelectual.

Además de los citados, hubo otros profesores que favorecieron el despertar de la creatividad de los estudiantes, como José de Unamuno Lizárraga, catedrático de Matemáticas e hijo de Miguel de Unamuno; Juan Millares Carló, profesor de Literatura Española y de Geografía e Historia; Arturo Sarmiento Valle, profesor de Filosofía y Edgar Rubén Agostini Banús, catedrático de Matemáticas.

Después del alzamiento militar de julio de 1936, la Comisión Depuradora de la provincia de Las Palmas instruyó expedientes de depuración y suspendió de empleo y sueldo a Gonzalo Pérez Casanova, Agustín Espinosa, Demófilo Mederos Pérez, Juan Millares Carló, Edgar Rubén Agostini y José Chacón y de La Aldea. Este nuevo tiempo de infamia y degradación marcó sin duda sus vidas tanto profesional y académica como personal y vital.

De estas comisiones depuradoras formaron parte Manuel Socorro Pérez y José Azofra del Campo, que habían sido compañeros de los catedráticos depurados. Por lo que concierne a la revista, estas depuraciones supusieron un cambio de rumbo absoluto, como explicaremos más adelante cuando hablemos de la revista Spes.

En el primer número, el profesor Chacón de la Aldea saluda la creación de la revista en el editorial y declara su intención de que sea una "revista propia y peculiar de los estudiantes, inspirada y escrita por los estudiantes, con optimismo y entusiasmo por el resurgimiento cultural y científico". Reclama para ellos las ideas que signifiquen justicia, ciencia, cultura, arte, ilustración y virtud. El fin de la revista era "hacer llegar a los lectores estudiantes los ideales del estímulo, del amor y entusiasmo por el estudio, haciéndoles comprender que el saber, la ciencia y el arte y la cultura son los valores más positivos que el poder o la riqueza".

En uno de sus artículos, el alumno Francisco Guerra reclamaba el carácter independiente y afirmaba que La Revista Estudiantil Pérez Galdós no mantenía “ningún criterio determinado con respecto a asociaciones, política o religión". Reivindicaba su carácter exclusivamente estudiantil, "sin otras aspiraciones que las que le son naturales: fomentar la cultura con recto sentido".

En el número 2, publicado en febrero de 1936, el editorial del profesor Arturo Sarmiento Valle, reclama para los alumnos "no sólo ciencia y erudición, sino conseguir una vida valiosa, saber desenvolver las fuerzas espirituales. La ciencia podría resultar helada sin el calor de la sangre. Hacer cultura es buscar con clamor una participación en la naturaleza y en la historia, colaborar con el espíritu".

También participaron en este número los alumnos Juan León Espino, Henríquez Acedo, Santiago Lorenzo Vega, Manuel Rozas Caballero y Sebastián de la Nuez, pasado el tiempo catedrático de Literatura de la Universidad de La Laguna y Premio Canarias en 1995. Fue un gran especialista de la obra de Benito Pérez Galdós del que publicó el inventario de los títulos, clasificados por disciplinas o áreas de conocimiento, que componían la biblioteca personal de ilustre escritor.

El número 3, que salió en marzo del 1936, se dedicó en gran parte a la figura de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) en el centenario de su nacimiento. En este número, además de los alumnos arriba citados, escribieron Apolo González Cabrera, Manuel Manrique de Lara y Velasco, Eleuterio Casañas Armas, Atilio Castellano Texeira y Rafael Bethencourt.

Los números 4 y 5 vieron la luz al mismo tiempo, en mayo de 1936. Su contenido fue exclusivamente literario con temas relacionados con la lírica, el teatro, la novela, el cuento y la fiesta del libro. Resulta interesante un artículo que reflexiona sobre la posible existencia de una literatura canaria propia y diferenciada de la literatura del resto del país. Otros temas de interés fueron el establecimiento en Las Palmas de la primera imprenta y de las primeras publicaciones periódicas.

En estos últimos números queremos destacar la incorporación de tres alumnas, Josefa Zamora Lloret, Ana Domínguez Pérez y Mabel Sánchez como colaboradoras de la revista.


 

P
rimera promoción de alumnas del instituto Pérez Galdós, acompañadas de su director D. Gonzalo Pérez Casanova

(Colección particular familia Pérez Casanova)

Estos fueron los últimos números publicados durante el curso 35-36. A los dos meses, en julio del 36, comenzó la Guerra Civil, con todas sus consecuencias y, también e inevitablemente, en el ámbito de la educación. Frente a los ideales que inspiraron esta revista como la justicia, la ciencia, la cultura, el arte y la ilustración, un año después, en el curso 1937-38, renace la revista con otro nombre, SPES, con una orientación ideológica bien diferente a la anterior. Esta nueva revista reflejó los nuevos valores religiosos y patrióticos que impuso el Movimiento Nacional, y que sustituyeron a los que habían inspirado el modelo republicano, rechazando todos los avances de la República en cuanto a renovación de los métodos pedagógicos y modernización de la enseñanza heredera de la Institución libre de Enseñanza.


Revista SPES (1937- 38)


 

La nueva revista, surgida en 1937, tenía un carácter mensual y se publicaron siete números. Su objetivo queda bien reflejado en las palabras de su introducción, como declaración de intenciones:

No intentamos hacer labor de investigación - que sería anacrónico a nuestros pocos años - sino de asimilación. No abriremos perspectivas nuevas, pero pasearemos nuestros años mozos y nuestras frentes sin arrugar por los caminos que abrieron nuestros maestros”

En el número 2, en el artículo “Crónica estudiantil” el alumno Pedro Lezcano Montalvo resaltó el éxito del primer número, que fue acogido con entusiasmo por el resto de estudiantes del instituto que, tal y como él relata, se lo quitaban de las manos.

Esta revista fue dirigida por el estudiante Sergio Castellano Teixeira. Pedro Lezcano Montalvo era el secretario. De la portada se encargó el mismo Sergio Castellano. De las viñetas interiores, Pedro Lezcano y Jaime Miró. El jefe de redacción era Víctor de la Nuez Caballero y los redactores José M. Camino Latorre, Ventura Doreste Velázquez, Jaime Miró Suarez y José Antonio García Pérez. Los jefes de Administración eran Mario Romero Torrent y Emilio Palomino Parrado.

Contaba con una sección femenina de propaganda a cargo de las alumnas Dolores de la Fe Bonilla, Caridad Jorge Pamiés, Isabel Bosch Hernández, Olga Arias Badell y Josefa Afonso Morales. La sección masculina estaba a cargo de Vicente Morales y Morales, Federico Espino Martín, Héctor Domínguez Pérez, Manuel Álvarez Ruiz y Juan Bosch Hernández.

Su ideario reflejaba la nueva realidad política y social que se impuso a partir del 18 de julio de 1936. La intervención en el sistema educativo se inició desde el principio de la guerra como un objetivo estratégico por su influencia en el ámbito social, cultural e ideológico. Así pues los nuevos valores del nacionalcatolicismo se instalaron en escuelas e institutos.

En la relación de artículos publicados en la revista podemos ver claramente la identificación del nuevo Estado con la religión católica y la intención de impregnar la vida de los estudiantes de un intenso patriotismo. Todo ello exaltando los valores castrenses de la nueva España: el valor, la disciplina, la españolidad, la fe, la patria o el martirio. El control se ejercía mediante el aparato político de la Falange y con la presencia de la iglesia en los centros. Al Obispo de Canarias se le enviaba un ejemplar de la revista, así consta en algunos ejemplares con la dedicatoria firmada por el director de la misma, Sergio Castellano. En el índice-resumen de cada una de ellas se anticipa todo lo que acabamos de exponer. Los titulares de los artículos no dejan lugar a equívocos.



 

Ya hemos mencionado más arriba la relevancia que tuvieron algunos profesores en el desarrollo de las aptitudes literarias de sus alumnos. Ahora queremos destacar la figura de una profesora Consuelo Burell y Mata, natural de Madrid y que fue la encargada de la Cátedra de Lengua y Literatura del Instituto Pérez Galdós durante los años 37 al 39. Ella fue una de las impulsoras de esta revista, animando y dirigiendo a los alumnos a llevarla a cabo. Su padre, Julio Burell, intelectual y académico, fue ministro de Instrucción Pública durante la Restauración, en 1910-1911 y 1915-1917. Casualmente fue el ministro que firmó el Real Decreto de creación del Instituto en 1916, después de una larga lucha de la sociedad grancanaria para la creación de un centro oficial de enseñanza media en esta isla y gracias al apoyo de Benito Pérez Galdós.

Consuelo Burell fue alumna del Instituto-Escuela de Madrid, centro dependiente de la Institución Libre de Enseñanza, y tuvo como profesores, entre otros, a Antonio Machado y Pedro Salinas. En 1932 se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Madrid con premio extraordinario, cuando tenía 21 años. Todo ese bagaje lo transmitió sobre todo a sus alumnas y ejerció una gran influencia en la vocación literaria de algunas de ellas, como Carmen Laforet, que empezó su labor literaria publicando en esta revista. Laforet escribió en los años 80 unos textos sobre su infancia y juventud, dedicando unas palabras a “una profesora muy especial” en referencia a Consuelo Burell:

En el segundo año de la guerra civil, conocí a una persona que tuvo muchísima importancia en mi vida. Se llama Consuelo Burell y era la nueva profesora de Literatura. Consuelo es la persona que me habló del Instituto Escuela, de la Institución Libre de Enseñanza, de la Residencia de Estudiantes donde vivió Lorca, de la magnífica Universidad de Madrid durante la República, de sus compañeros más amigos del Instituto Escuela y la Universidad, que eran Carmen Castro (hija de Américo Castro), Gonzalo Menéndez Pidal y Elisa Bernis. (...)  Recuerdo los momentos luminosos en Canarias, de amistad, de naturaleza, de sentir la admiración por la Literatura y el deseo o el anhelo y casi la seguridad de que sería yo escritora algún día".


 

Carmen Laforet

(Fuente: Web oficial de Carmen Laforet)

Nos parece relevante hacer una breve semblanza de los alumnos que participaron en la revista debido a la importancia que tuvieron posteriormente en el campo de las letras y la cultura no sólo local sino también nacional en el caso de alguno de ellos.

Carmen Laforet tenía quince años cuando estudiaba en el instituto. Como es sabido ganó el Premio Nadal en 1945 por su novela Nada. Partió de Gran Canaria en 1939, con 17 años, para estudiar en Barcelona; Mª Dolores de la Fe, también de quince años, fue escritora, ensayista y periodista; Pedro Lezcano Montalvo, tenía diecisiete años cuando escribía en Spes. Ganó su primer premio literario escolar con el poema “Canción de Castilla” publicado en la revista en 1938. Posteriormente fue Premio Canarias de Literatura en 1989. En la actualidad la biblioteca de nuestro centro lleva su nombre. Ventura Doreste tenía catorce años. Luego fue docente universitario, ensayista, crítico, escritor y Premio Canarias de Literatura en 1986. Sergio Castellano Texeira, de 16 años. Posteriormente se licenció en Filología Semítica con Premio extraordinario en la Escuela de Estudios Árabes de Madrid y fue profesor adjunto en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central, hoy Complutense. Falleció el 25 de marzo de 1948, a los 27 años. Caridad Jorge Pamiés, de 15 años, con el tiempo licenciada en Filosofía y Letras, ejerció como profesora en el Colegio Viera y Clavijo y posteriormente en el instituto Santa Teresa de Jesús de Las Palmas de Gran Canaria.
 



 

Foto de grupo: sentadas Carmen Laforet y Dolores de la Fe con los hermanos Ricardo y Pedro Lezcano Montalvo. (Fuente: LA PROVINCIA DIARIO DE LAS PALMAS)


 



 

Ventura Doreste Pedro Lezcano

 

 

 

 

 

 


La labor de un curso

Las actividades de la revista no pasaban desapercibidas en el marco cultural del momento, como podemos comprobar en una reseña de la revista Falange de 26 de julio de 1937 en la que apareció un artículo titulado “Un balance triunfal” donde se comentaba la publicación La labor de un curso. En esta publicación se recogían las tareas escolares del Instituto de Segunda Enseñanza durante el año académico de 1936-37. Se destacaban dos fiestas literarias celebradas con mucho éxito en el teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria. La primera fue la Fiesta del Estudiante celebrada en marzo de 1937 con motivo del día de Santo Tomás de Aquino. Se inició con una misa oficiada por el sacerdote y director del instituto Manuel Socorro y el profesor de religión José Azofra del Campo, con la asistencia de todos los alumnos del instituto y colegios incorporados como el Viera y Clavijo y el Corazón de María, en la iglesia de San Agustín. Al día siguiente se celebró una velada en el Teatro Pérez Galdós en la que los alumnos Sergio Calvo, Josefa Zamora, Malla Brihuega, Ernesto Montenegro, Ignacio Quintana, Carmen Laforet y Francisco Padilla leyeron sus artículos.

Otros alumnos interpretaron números musicales entre las lecturas, como el Rondó Mendelsson interpretado por Maruca Vera, el Minuet de Paderewski por Matilde Benítez, el Vals número 11 de Chopin por Andrea Millares y Humoreske Dvorak, a cuatro manos, por Maruca Vera y Matilde Benítez.

Un mes más tarde, el 23 de Abril de 1937 se celebró la Fiesta del libro en el teatro Pérez Galdós conmemorando a Miguel de Cervantes. El acto fue calificado "como magna velada donde los alumnos pusieron a contribución su juventud, su arte y su ciencia”. Este acto consistió en un recital poético en homenaje a Miguel de Cervantes en el que otra vez leyeron sus trabajos sobre el escritor universal los alumnos Sergio y Luis Calvo González, Carmen Laforet, María Malla Brihuega y Mariano Argüello.

A lo largo de la velada se interpretaron varios números musicales dirigidos por Agustín Hernández, profesor de música del instituto: la Marcha Clásica de Urbini, el Canto Indio de Rimsky Korsakov y la Serenata española de Albéniz.


 

En este acto se dio lectura al fallo del certamen literario de la fiesta del Libro en el que recibieron premios casi todos los alumnos que habían participado en la revista Spes: Ventura Doreste, Mario Romero Torrent, Dolores de la Fe Bonilla, María Betancor, José Díaz Torres, Sergio Castellano Texeira, Rosa Peñate y Teresa Martín. La revista Falange felicita a profesores y alumnos y, en especial, a su director –catedrático y sacerdote- don Manuel Socorro.

A continuación los alumnos del Pérez Galdós representaron el poema dramático titulado “A la Guerra” organizado en un prólogo, cinco escenas fugadas (el regreso, el escrutinio, la contratación, Don Quijote entre los cabreros y la convalecencia), un intermedio y un epílogo.

En el prólogo participaron los alumnos Francisco Padilla Padilla; en el intermedio, Sergio Castellano Teixeira; como Don Quijote Jaime Miró Suárez; Sancho Panza, José Palomino Parrado; La sobrina, María del Carmen Martel Rivacoba; el ama, Carmen Laforet Díaz; El cura, Nicolás Rodríguez Santana; El barbero, José González Martín; El labrador, Ramón Falcón Santana y el apuntador Emilio Palomino Parrado.

La obra teatral fue dirigida por Néstor Martín Fernández de la Torre que, aparte de dirigir los ensayos, diseñó los decorados y el vestuario. Los dibujos que ilustraban el programa, así como los que decoraban el escenario fueron realizados por el alumno Sergio Calvo.
 



 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Bocetos para el diseño de decorados de la obra teatral A la guerra


Revista AGES (1956)

Revista de cultura


 

Después de unos años de silencio, en los que al parecer no hubo publicaciones de estudiantes, la revista Spes fue sustituida por otra titulada Ages, revista de cultura, de la que conocemos un solo número de abril de 1956. En su editorial los creadores de la misma se proclamaban como la continuidad de aquella y pretendían seguir el camino abierto por Spes:Si Spes fue una saeta en el alba, Ages es la raza, es la continuidad; (…) Las esperanzas de Spes ya cristalizaron. Y nosotros pretendemos seguir el camino abierto por nuestros mayores”. También defendían con humildad que Ages era sólo una revista escolar, que no pretendía descubrir nada, solamente dar muestra de fe, de constancia y de esperanza.

Los alumnos participantes fueron José A. Peña Rodríguez, José Suárez Moreno, M.A. Saavedra Acevedo, M. Tacoronte Araña, J.A. López Portillo, J. Domínguez del Rio, Juan Díaz Pérez, J. Arencibia Rocha, Tomás Ruano Pérez, M. Tacoronte Araña, A. Rivero Vega, A. Viera Ortega y Porfirio Rodríguez Artiles.

Los temas que trataron en los distintos artículos se referían a artistas y escritores como Gabriel Miró, Antonio Machado y García Lorca. Escribieron sobre deportes, humor, cine y celebraciones como la fiesta de Santo Tomás de Aquino, ejercicios espirituales y actividades lúdicas, como una velada en el salón de conferencias “en las que actuaron los chicos en primer lugar, y después las chicas, destacando la gracia y simpatía de estas últimas”.


TRIBUNA JOVEN (años 60-90)

Portavoz de las inquietudes estudiantiles


 

En los años 60 volvió a publicarse otra revista esta vez titulada Tribuna Joven. El primer número del que tenemos noticia se publicó en febrero de 1967. Su director fue el alumno José A. Luján, su redactor jefe Cristóbal J. Rodríguez y el director técnico Pedro Sosa. En la nota de dirección se destaca la intención de que la revista “esté al servicio de todos los estudiantes del instituto y que la objetividad en los temas y el respeto a las personas y a las instituciones sea el criterio a seguir”.

Los alumnos que se encargaron de las distintas secciones fueron César Morquecho y Lolina Marrero Tona (grupo de prensa), Salvador Sagaseta (grupo de teatro), Agustín Millares Cantero (grupo de poesía) María Miró (artes plásticas) y Carlos Correa (cine fórum).

Los temas que abordaron eran muy variados: cine, teatro, arte, literatura, deportes, música, humor, concursos literarios y en general, noticias de la vida del centro.

Diez años después, Tribuna Joven vuelve a aparecer en diciembre de 1976 al precio de 10 pesetas. Contaba con 40 páginas. Se trataba de un boletín de circulación interna editado por la Comisión de Publicaciones del Instituto Nacional de bachillerato Pérez Galdós. Tuvo una magnífica acogida, como refleja el Diario de Las Palmas haciendo el siguiente comentario: “Magnífica impresión e interesantísimo contenido, todo un regalo para la ciudad y para la gente joven”, o el Eco de Canarias: “Tribuna Joven está hecha con dignidad, tiene artículos, entrevistas e informaciones de interés. Este tipo de revistas son necesarias”.

En esta nueva andadura su coordinador fue el ya profesor de Lengua y literatura José Antonio Luján que había participado en 1967 como alumno. La redacción estaba formada por Félix J. Ríos, Andrés Betancor, Miguel Martín, Miguel A. Román, José I. Gil, José Carrera, Luis J. Mesa, Rafael Bermejo, Oscar Millares, Carlos Cáceres, Pedro L. Carbayo y José Díaz Herrera y Severo Acosta, que realizó la portada y los dibujos. Tuvo una tirada de 1000 ejemplares.

En este número se vuelve a destacar la intención de que Tribuna Joven “sea un órgano de expresión de los alumnos y profesores guiados por la sensibilidad hacia la información y el periodismo, independiente de un grupo, persona o partido determinado”.

La nota de redacción del número uno dice:Tribuna Joven es el órgano de expresión de los alumnos y profesores de nuestro instituto. Todos los participantes hemos respondido libre y voluntariamente a la convocatoria de la Comisión de Publicaciones guiados por la sensibilidad que sentimos ante la información y el periodismo. Por tanto queremos expresar que esta revista no se considera tribuna de un grupo, persona o partido”.

Aparece aquí la polémica en torno a cuál era el lugar más idóneo para colocar la escultura-monumento a Benito Pérez Galdós, obra del escultor palentino Victorio Macho. La revista defiende la ubicación en la explanada frontal del instituto.

En otro artículo destacado se le hace una entrevista a Joaquín Blanco, que había sido profesor del instituto y posteriormente director del Archivo Histórico Provincial de las Palmas, con motivo de la publicación de su libro “Breve noticia de la historia de Canarias”. También vemos un artículo sobre la Institución Libre de Enseñanza, en el centenario de su fundación.

Los siguientes números se publicaron en mayo de 1977, abril y diciembre del 78. En estos años la revista toma un carácter crítico y reivindicativo haciéndose eco de los movimientos estudiantiles que reivindicaban la creación de un sindicato democrático de estudiantes, o la necesidad de participación democrática en los órganos de decisión de los centros, la realización de paros, asambleas, manifestaciones y enfrentamientos con las fuerzas del Orden Público. También de la lucha de los PNN (profesores no numerarios). Otras luchas sociales que se reflejan en la revista son la protesta por la selectividad, que se consideraba injusta y discriminatoria, poniendo impedimentos al acceso a la universidad, o la lucha por la creación de una facultad de medicina en Las Palmas. La revista reflejó los momentos inciertos que caracterizaron los primeros años de la transición a la democracia.

En el número de abril hay que destacar un artículo sobre Carmen Laforet, antigua alumna del instituto y premio Nadal de novela en 1944, que había participado, como ya comentamos, en la revista Spes en el curso 37-38. Se reproduce un artículo suyo “Mi libro favorito” que escribió cuando estaba en 5º curso.

Durante el curso 78-79 la revista sacó 5 números, el último de los cuáles fue en mayo-junio. Nunca se había conseguido sacar tantos en un sólo curso. Hay que destacar la calidad de las ilustraciones, tanto de la portada como del interior, obra de los alumnos Juan Fernando López Aguilar y Yuri Millares. En esta época el profesor coordinador fue Francisco Tarajano Pérez. En el editorial se hace una autocrítica en el sentido de que algunos alumnos afirman que lejos de ser portavoz de las inquietudes estudiantiles, como reza en todos sus números, se había convertido en una revista literaria y elitista. A partir de ese momento se proponen dar preferencia a los problemas del instituto y de fuera de él y para ello reclaman la participación de todos. Sus objetivos serían sembrar ideas, despertar inquietudes e infiltrar el espíritu de solidaridad. La revista continuó destacando por el sentido reivindicativo y social, y sus artículos se hicieron eco de las inquietudes sociales y políticas del momento histórico que se vivía en los años 80 como el antimilitarismo y el tratado de adhesión a la OTAN, la entrada en la Comunidad Económica Europea, el conflicto del Sáhara y la creación del Frente Polisario, el incipiente nacionalismo canario y la creación de la Comunidad Autónoma de Canarias dentro del recién creado Estado de las Autonomías en España a partir de la Constitución de 1978.

 

 

Más adelante, durante el curso 1981-82 se editaron nuevos números. El profesor responsable fue Nicolás Guerra Aguiar, y los dibujos e ilustraciones fueron obra de los profesores José Manuel Santana, Carlos Valido Fernández y José Carlos Pérez Déniz. Colaboraron en esta nueva etapa los escritores Leopoldo de Luis, José Mª Millares, Pino Betancor y Pedro Lezcano. En el 1983-84 se suma a la coordinación de la revista el profesor Francisco Martínez. En estos años se añaden nuevos temas relacionados con la realidad del momento como el consumo de drogas, el aborto, el sida, el racismo, el medio ambiente y la ecología, el antimilitarismo y el rechazo a la carrera armamentística o el terrorismo.

Tras ocho años de silencio, en el curso 1992-93 encontramos otra novedad, la aparición de los ordenadores e impresoras, contando incluso con un aula de informática. Esto mejoró considerablemente la presentación, maquetación y contenido gráfico de la revista. Los dibujos y portada fueron obra de los alumnos Luis Sánchez Rodríguez, José Silva, Rubén Armiche, Manuel Rivero y Acaimo González Sarmiento, y la fotografía corrió a cargo de Jorge Tanausú Galán. Estos alumnos además participaron con distintos artículos, crónicas y entrevistas.

Tribuna Joven dejó de editarse pero hoy constituye un valioso patrimonio para conocer toda una época y los valores que la sustentaron, como la defensa de la libertad de expresión y su intención de convertirse en vehículo de participación de un alumnado comprometido con su tiempo.


APARADIGMA (2008)

Revista de creación literaria

 
Por último, en el año 2008 salió a la luz una nueva revista llamada Aparadigma, todavía activa en la actualidad. El título, elegido por los alumnos que la impulsaron y que tenían una afición común por la escritura, refleja su intención de no seguir ningún patrón o modelo preestablecido, ninguna directriz o límite que coartara su libertad de expresión. Pretendían mostrar una actitud rebelde e inconformista en cada escrito, donde “podríamos denunciar y criticar todo aquello que nos parezca mal, pero no como un periódico, sino de forma más original, a través de una historia, una narración, un relato…”. En este sentido La revista nació como una oportunidad para publicar poemas, relatos, reflexiones y críticas desde el ejercicio de la libertad de expresión.
Este proyecto fue impulsado por el catedrático de latín Carlos Pascual que se planteó como objetivo incentivar la creatividad y la participación del mayor número de alumnos y alumnas que quisieran colaborar en la revista y contribuir con ello no sólo al desarrollo de la creación literaria, sino también, acorde con los nuevos tiempos, la aplicación de las nuevas tecnologías de la información y comunicación utilizando recursos informáticos para la edición, maquetación y montaje a través de programas de autoedición. También se trataba de fomentar el trabajo colaborativo, con máximo respeto hacia las opiniones de los demás y a la libertad de expresión. En este sentido Aparadigma es un proyecto educativo que ha estado abierto a la participación literaria de todo el alumnado del instituto.
El primer grupo de alumnos que puso las bases del proyecto, junto con el profesor Carlos Pascual, estaba formado por Irene M. Ruiz, editora del primer número, el número 0, Ángel M. Ojeda Lorenzo, Miguel Ángel Perdomo Brito, Daniel Delisau y Tana García Rivero. Ellos se presentan en el numero 0 bajo el epígrafe “Génesis de Aparadigma” donde afirman con entusiasmo que una revista “sería una buena manera de que nuestro instituto tuviese voz y pudiese mostrar sus ideas”. Ellos fueron también quienes organizaron el esqueleto de la revista, una serie de secciones que abarcan poemas, cuentos, relatos, ensayos, reseñas de libros publicados, dibujos, chistes y curiosidades. Pero también surgieron nuevos temas de interés como relatos fantásticos y de ficción, microrrelatos, artículos sobre música, entrevistas a músicos locales y publicación de letras de canciones. También secciones de humor, pasatiempos y deportes.
Inauguraron un tipo de portada que se repetirá en todos los números publicados: una imagen relacionada con la creación literaria y los contenidos específicos del número, que se anticipan al lector de forma esquemática. Las ilustraciones, fruto de las nuevas tecnologías, incorporan novedades con respecto a las revistas anteriores, pues aparece el color y el tratamiento digital de la imagen, incluyendo fotografías y carteles.
Desde sus inicios hasta el curso 2012-2013 han participado alrededor de 100 alumnos en los 7 números publicados hasta la fecha. En la actualidad Aparadigma sigue siendo la revista literaria del centro, ahora bajo la dirección de la profesora de Latín y Griego Rosa D. Rodríguez profesor de Lengua y Literatura, responsable de los dos últimos números y la participación del profesor de Lengua y Literatura Manuel Rodríguez Machado.

CONCLUSIONES

Como decíamos al principio, las revistas han sido una fuente de primer orden para la recuperación de parte de nuestra historia: de los estudiantes que pasaron por nuestras aulas y que en plena etapa de formación, empezaban a definir su personalidad; de un profesorado que animó a sus alumnos y alumnas en la creación literaria contagiando su entusiasmo por la cultura y por el saber, abriéndoles las puertas de la palabra, del amor por el estudio y por la literatura; de la vida del centro, de sus actividades extraescolares, excursiones, retiros espirituales, competiciones deportivas, veladas musicales, conciertos y, en definitiva, de la evolución política, social y cultural de nuestra sociedad en el último siglo.
Las revistas nos han servido como hilo conductor para rastrear la vida de un centro siempre dinámico, abierto a los cambios y reflejo de las transformaciones de la sociedad en la que ha estado inmerso. Y a su vez, aportando a nuestra sociedad toda la experiencia vital y conocimientos de las distintas generaciones que han transitado por nuestras aulas extrayendo lo mejor de cada uno, de sus anhelos y de sus sueños.

Notas:

Chacón de la Aldea (1936). Revista estudiantil. Nº 1. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria. Enero, 1936

Checa Godoy, Antonio (2002). Historia de la prensa pedagógica en España. Universidad de Sevilla. Editorial, p. 193.

González Guerra, Francisco. “Guerra y la prensa“. En Obras completas de Pancho Guerra. Tomo II. Ediciones del Cabildo. Las Palmas de Gran Canaria. 2013. Pág 28-31

Guerra, Francisco (1936). Revista estudiantil. Nº 1. Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria. Enero 1936.

Laforet, Carmen Memoria inédita de Carmen Laforet. El Cultural. Marzo, 2004.

Millares, Selene. El faro y la noche. Ediciones Barataria. Madrid. 2014

Revista Aparadigma. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria. 2008.

Revista estudiantil. Nº 2. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria. Enero, 1936.

Revista Falange. “Un balance triunfal". 26 de Julio de 1937. Las Palmas de Gran Canaria.

Revista Hoja Azul. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria. 1932

Revista Spes. Nº 2 y 3. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria, 1937.

Revista Tribuna Joven. Instituto Pérez Galdós. Las Palmas de Gran Canaria, 1976-94