HOJA AZUL (1932-33)
Durante la República, en el curso 1932-33, se vuelve a editar otra revista estudiantil, esta vez titulada Hoja Azul, desde noviembre de 1932 en que se publica el número uno, hasta mayo de 1933 con el número siete. La revista estuvo dirigida e inspirada por el profesor Agustín Espinosa García, catedrático de Literatura Española, que había trabajado en el Centro de Estudios Históricos junto con Menéndez Pidal, Américo Castro y Agustín Millares Carló. También participó activamente en la Gaceta de Arte que organizó la gran exposición surrealista en el Ateneo de Sta. Cruz de Tenerife en el año 1935, junto con André Bretón, Péret, Westerdal y Oscar Domínguez. También Espinosa había estado pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones (JAE) en Paris donde investigó y estudió la biografía de José Viera y Clavijo.
Espinosa ejerció una enorme influencia en toda una generación de escritores y poetas canarios como Agustín Millares Sall, José Mª Millares Sall, Pedro Lezcano, Ventura Doreste o Sebastián de La Nuez, que habían sido alumnos suyos. Precisamente estos escritores publicaron una década después, en 1947, Antología cercada obra representativa de la poesía social de posguerra que se desarrolló en España en los años 40 y 50 del pasado siglo.
Muestra del afecto y admiración por su Maestro son las palabras que le dedica muchos años después Sebastián de la Nuez a su admirado profesor Agustín Espinosa: “Él fue el taumaturgo que, por medio de su palabra cálida y sencilla, por medio de su ejemplaridad de maestro y de lector, y con su obra, me abrió de par en par las puertas fascinantes del mundo del arte y de las letras”. Después de su muerte, desolado, le dedica estas palabras en un nota necrológica: (…) ¡Maestro! yo aprendí contigo a saber del valor de las cosas, a sacar las metáforas y las rimas de este maravilloso mundo de los pensamientos...”.
También su compañero de Claustro y profesor de Lengua y Literatura Juan Millares Carló le dedica unas palabras de cariño y admiración: A Espinosa no se podía dejar de quererlo, con su figura extremadamente delgada y desgarbada, tocado con un sombrero de ala ancha, que solía llevar ladeado… ….Los estudiantes, entre los que se encontraban mis hijos, que fueron alumnos suyos, adoraban su locura y el embrujo de sus clases…y colaboraban entusiasmados con él en la revista que había inventado para ellos, Hoja Azul, que según Espinosa era una alusión a la isla, vista como una mariposa frágil entre dos azules, el cielo y el mar(….) Ahí los animaba a escribir sobre el océano o sobre el cine y a leer a Lorca o a Valle Inclán….Ellos lo seguían como al flautista de Hamelin…
Caricatura de Agustín Espinosa
Realizada por Juan Millares Carlo
Hoja Azul fue dirigida por el alumno Antonio De la Nuez Caballero y Cirilo Benítez como secretario. El administrador fue Manuel Manrique de Lara y los redactores Angelina Hernández Millares, Juan Marqués y Andrés Zamora Lloret.
También participaron con varios artículos Manuel Rodríguez Batllori, los hermanos Víctor y Sebastián de la Nuez Caballero, Adolfo Duque Cabrera, Juan Suarez Medina, F. Guerra Bertrana, Ramón Delgado, Domingo Morales del Rio, Domingo Díaz Frois, Luis Miranda Junco, Víctor Felipe de la Nuez, Sebastián Montelongo Medina, Norberto Pírez Pérez, Zumbado Espino y Pilar Quesada. La portada fue diseñada por Simón Doreste, también alumno de la escuela Luján Pérez.
En el editorial afirman “hemos trabajado para verla en la calle y es la realización de muchas ilusiones (…) y en años sucesivos, cuando nosotros nos hayamos alejado de esta vida estudiantil, siga habiendo siempre un núcleo de muchachos y muchachas dispuestos a sacrificar por ella unos horas de recreo”.
Los temas de la revista estaban relacionados fundamentalmente con la literatura y la filosofía, aunque también contenía otras secciones como deportes, cine, encuestas y noticias sobre la vida estudiantil del instituto. También conmemoraciones de ilustres personajes, como el número 3, que se dedicó monográficamente a la figura del filósofo Baruch Spinoza (1632-1677) en el tercer centenario de su nacimiento.
La revista organizaba certámenes literarios y concursos para premiar los mejores trabajos sobre determinados temas propuestos como El mar en la poesía canaria contemporánea o el cinema como instrumento de cultura. Los premios se decidían por un consejo formado por representantes de todos los cursos que analizaban los trabajos presentados.